LG by Lúa Gramer

Son cinco canciones —construidas sobre imprevisibles estructuras— donde guitarras feroces chocan contra delicadas armonías vocales. Son un escalofrío que nos atraviesa y nos hiere sin que sepamos bien la razón. Al escucharlas, da la impresión de que todas las disonancias están meticulosamente pensadas para atraparnos y, entonces, cuando ya lo comprendemos todo, algo mágico y vibrante se nos impone sin que podamos evitarlo. El aluvión distorsionado cae sobre nuestros oídos sin remedio y, alrededor del estruendo —también en los momentos reposados—, se adivinan voces tenues ahogadas en un mar de electricidad que nos hablan de la belleza escondida detrás de todas las cosas. Allí, al final de todo, entre las distintas y elaboradas texturas de ruido, las líneas de bajo aparecen para dar sentido a tanta furia. Todo tan natural como el caos, porque, en verdad, sólo son cinco canciones disparando en todas las direcciones al mismo tiempo. Sólo eso.