Dios by Dios

The first three minutes of Dios' album speak louder than most bands in their entire career. No se describes the Buenos Aires suburbs in a handful of precise and poetic phrases.

The album unravels content like someone who empties a machine gun during 19 unclassifiable, urgent songs that 20 years later remain valid, or perhaps now make more sense than ever (for example, in the song Los Campesinos, the group unites to shout “the information, cause of everything, viruses seduce the blood ”).

Dios was the rare birth of Argentine rock of the 90s, a group that seemed to come from Mars because it did not fit into any international rock paradigm, much less local, but at the same time it was deeply and unmistakably Buenos Aires.

With their original formation -bass and drums, without guitar, unpublished for the time, they invented a sound that descended from post-punk but instead of replicating it, they picked up the idea of ​​experimentation + rawness and advanced on unknown territories based on obstinacy, minimalism, poetry , a lot of imagination and a lot of personality.

Recorded in 1998 and released in 2001, the group broke up shortly after releasing it and the album slowly grew in the underground imaginary, with word of mouth, reaching new generations and secretly becoming a cult classic throughout Latin America.

The album was recorded on 8 channels on tape in the home studio of its producer, Gonzalo Cordoba, Suarez's guitarist. The drums and vocals for the 19 songs were recorded in one day. The group gave free reign to its experimental spirit and increased its sound with free jazz samplers, incidental recordings, percussion and even a theremin, but these interventions are limited and very specific, what is heard on the album is the geometric and organic sound of a bass and drums fused to the limit obsessively drawing repetitive and melodic riffs embedded in tribal / mechanical / dance rhythms that sustain the extraordinary poetry of Pedro Amodio, perhaps the great hidden poet of Argentine rock. A punk and romantic Cadicamo, a young and drugged Roberto Arlt, dripping despair under the sky and under the ground of a cruel city. Endowed with a talent for the word of those who rarely go down to the street to mix with the mud, Amodio builds throughout the 19 songs of the album an infinite and ghostly Buenos Aires inhabited by desperate lovers, old losers and rebellious young people. A nocturnal and hallucinatory replica of the city which however, looks terribly like her and perhaps is its hidden reflection.


Los primeros tres minutos del disco de Dios dicen mas que la mayoría de los grupos en toda su carrera. “No se” describe el conurbano bonaerense en un puñado de frases precisas y poéticas.
El disco descerraja contenido como quien vacía una ametralladora durante 19 temas inclasificables, urgentes y que 20 años despues mantienen su vigencia, o quizás ahora tengan más sentido que nunca ( por ejemplo en el tema Los Campesinos, el grupo se une para gritar “la información, causa de todo, los virus seducen la sangre”)
Dios fue el rara avis del rock argentino de los 90, un grupo que parecía venido de Marte porque no encajaba en ningún paradigma rockero internacional y mucho menos local, pero que al mismo tiempo era profunda e inconfundiblemente porteño.
Con su formación original -bajo y batería, sin guitarra, inédita para la época, inventaron un sonido que descendia del post punk pero en vez de replicarlo recogía la idea de experimentación + crudeza y avanzaba sobre territorios desconocidos a base de obstinación, minimalismo, poesía, mucha imaginación y muchísima personalidad.
Grabado en 1998 y editado en el 2001 el grupo se separo poco despues de editarlo y el disco fue creciendo lentamente en el imaginario del underground, con el boca a boca, llegando a nuevas generaciones y transformándose secretamente en un clásico de culto en toda Hispanoamerica.
El disco se grabo en 8 canales en cinta en el estudio casero de su productor, Gonzalo Cordoba, guitarrista de Suarez. Las baterias y las voces de los 19 temas se grabaron en un dia. El grupo dio rienda suelta a su animo experimental y aumentó su sonido con samplers de free jazz, grabaciones incidentales, percusión y hasta un theremin, pero esas intervenciones son acotadas y muy puntuales, lo que se escucha en el disco es el sonido geometrico y orgánico de un bajo y una batería fusionados al limite dibujando obsesivamente riffs repetitivos y melódicos encastrados en ritmos tribales/mecánicos/bailables que sostienen la poesía extraordinaria de Pedro Amodio, quizás el gran poeta escondido del rock argentino. Un Cadicamo punk y romántico, un Roberto Arlt joven y drogado, chorreando desesperación bajo el cielo y bajo el suelo de una ciudad cruel. Dotado de un talento para la palabra de los que raramente bajan a la calle a mezclarse con el barro, Amodio construye a lo largo de los 19 temas del disco una Buenos Aires infinita y fantasmagórica habitada por amantes desesperados, viejos perdedores y jóvenes rebeldes. Una replica nocturna y alucinatoria de la ciudad que, sin embargo, se parece terriblemente a ella y quizás sea su reverso escondido.

Pedro Amodio: voz
Javier Aldana: batería y percusión
Tomás Nochteff: bajo